Una cadena de intensidad de vida

El inicio de una educación y provocación en estas circunstancias de la vida, durante el confinamiento por el COVID-19, que ayude a mantener una mirada a lo real con todos los factores

Las circunstancias nos educan y la compañía nos ayuda a comprometernos con la realidad a mirarla cara a cara, a salir de la abstracción en la que poco o más distraídos nos encontramos; gracias por la ayuda que tenemos en estos tiempos con nuestra visitor. Siempre siendo como ella, así de provocadora, nos invitó a un whatsapp a un pequeño grupo de docentes que estamos involucrados con universitarios, nos informó y nos propuso invitar a un encuentro con Julián de la Morena.

Nos cuenta una profesora, ciertamente, fue lindo e interesante expresarse en el whatsapp, participar con ideas, llegar a una unidad, es verdad, así lo viví. Al mismo tiempo, me provocó, más aún, preguntándome: «¿Cómo hago para invitar a mis alumnos que ya no son mis alumnos, que quedaron como mis amigos?, ¿pero ahora ya no los veo desde el 15 de diciembre del año pasado y algunos mucho más?, ¿y más ahora en “cuarentena”?». Se me ocurrió armar un grupo por este medio y lo llamé «zoom universitario». Comencé el trabajo, organicé mi agenda, escribí a los que pude, pregunté si podía incluirlos en un grupo; todos se alegraron de contactarse y aceptaron formar parte del grupo; así sin darme cuenta, llegamos a casi «cuarenta» y se conectaron veinticuatro muchachos en un encuentro de universitarios. Al finalizar agradecieron por estar y escuchar las respuestas de Julián. Ya provocados, escribían en el grupo el deseo de reunirnos, que siempre lo conversamos, y se dio el momento, la posibilidad de participar con el grupo de Huacho; en un nuevo encuentro: la escuela de comunidad. La respuesta fue ¡bella y verdadera!

Desde el inicio, la escuela de comunidad dirigida por Sayra, quien empieza a precisar la introducción, al dar las razones del gesto, mirando los detalles del canto y explicando con sencillez las precisiones técnicas, para cuidar la belleza; es reflejo de una «educación». Y así comenzó a sorprenderme: «¿Qué hace posible un encuentro, cargado de juicios, entre un grupo de universitarios que recién se conocen? ¿Qué hace posible que las distancias ya no sean distancias?», pues se conectaron vía zoom desde Huacho-Lima-New York-Chosica-Jauja. Y que las diferencias y diversidad entre ellos sean acogidas testimoniando una correspondencia, ninguno, de los que estuvieron presentes, podría decir lo contrario; solo hay una única respuesta «Él está sucediendo ahora».

Las provocaciones surgieron una tras otra, habla Karla: «ya son dos veces que estoy en “escuela” y escucharlos me hace darme cuenta que vivía en una burbuja, no es que yo sienta necesidad de Dios, soy católica de tradición, puedo o no ir a misa, pero escucharlos por las situaciones que pasan, veo que en cierto sentido soy privilegiada; ha sido un choque con la realidad, realmente me estoy dando cuenta que sin salir afuera –refiere a la burbuja–, perdemos muchas cosas y estoy descubriendo una nueva experiencia de Dios, gracias».

A esta cadena de intensidad de vida se une Viviana –desde NY– y menciona: «Yo también tengo tu misma necesidad y me doy cuenta que nosotros vivimos en relación con lo que nosotros queremos, no en relación a como lo hace Dios, en estos tiempos de coronavirus, el estar lejos de mi hogar; me di cuenta de la importancias de las palabras “te veo luego” o lo “hablamos después”, yo vine a USA por un motivo, de querer, desear … y advertir por lo que estamos pasando que no es por mí que hago las cosas, es por ese Algo que vivo y esta conciencia, me hizo detener el ritmo de mi vida y descubrir el verdadero significado de las palabras, que muchas veces lo decimos por cotidianidad “te veo luego” o lo “hablamos después” por cuanto tiempo de mi vida dije esto sin sentido y ahora si le doy importancia».

Luego nos testimonia Anthony, diciendo: «no todo lo que tenemos que hacer es lo que queremos, son más importantes las personas, la compañía se manifiesta en las personas con un gesto …», Anthony regresó de Houston por la muerte de su abuela, sin saber que al día siguiente decretaban el confinamiento y cierre de aeropuertos, que nos arranca del miedo y esto es Jesucristo…

Lo que nos dejó en silencio fue el testimonio de Jesús, un muchacho que está sufriendo el drama del COVID-19, toda su familia enfermó, su padre estuvo 15 días en la Unidad de Cuidados Intensivos, Jesús comenta que se puso a pensar que muchas veces nos acordamos cuando lo necesitamos y nos tienen que dar golpes.

¡Esta escuela nos enseñó y nos sorprendió con la sencillez de un corazón y los ojos abiertos de par en par por el estupor de la belleza! ¡Es el Señor! Y salgo corriendo al Encuentro. Vivir intensamente lo real es vivir considerando que nada es obvio en la vida.